A priori nos puede parecer una tarea sencilla: se echa la leña, se enciende una cerilla y todo listo, ¿verdad? Pero la realidad es muy diferente, y si lo que quieres es conseguir un fuego confortable que dure más de unos minutos y resulte seguro, te conviene seguir nuestros consejos sobre cómo encender una chimenea.
Aunque puede sonar algo intimidante, tampoco se trata de un proceso complicado, basta con tener en cuenta el comportamiento de los elementos principales que forman parte de la combustión, es decir: el combustible y el aire, e ir ajustando las condiciones para que el fuego se produzca de la forma más favorable. Y como en todo, la práctica hace al maestro.
La preparación
Pero antes de pensar en cómo encender una chimenea, y en lo cómodos que estaremos a la luz de sus llamas, el primer paso es preparar el hogar y disponer adecuadamente los materiales necesarios:
- Asegúrate de que la chimenea esté limpia. Siempre es buena idea revisar los conductos antes de encender un fuego, especialmente si llevan sin usarse una temporada. Una chimenea puede taponarse a causa de hojas secas o por nidos de animales, lo que provocará que el humo no pueda salir al exterior y se quede en las habitaciones de la casa. Además, su uso habitual puede dar lugar a la formación de creosoto, un compuesto muy inflamable. Llamar a un experto deshollinador será la solución más efectiva para conseguirlo.
- Abre el conducto de ventilación. Salvo en las instalaciones más antiguas, las chimeneas tienen un sistema de cierre o de graduación del tiro para mantener el interior del hogar aislado cuando no se usan. Este mismo sistema impedirá la evacuación del humo si no lo abrimos.
- Calienta la chimenea. Puede parecer un contrasentido pero, cuando ha permanecido cerrada durante un tiempo, la chimenea se llena de aire que está más frío que el del interior de la casa, especialmente si se encuentra en el exterior de la vivienda. Como el aire frío es más pesado que el caliente, el efecto de la convección natural provocaría que el humo no pudiera ascender por los conductos. La solución pasa por dejar abierta la chimenea durante un rato (una hora es suficiente) o bien calentar el hogar, ya sea quemando una hoja de papel de periódico mientras la sostenemos lo más cerca posible de la apertura de salida con ayuda de unas pinzas o del atizador, con unas velas o similar.
- Retira (casi todas) las cenizas. Si hacemos uso de la chimenea de forma habitual, terminará acumulando cenizas. Y si hay mucha cantidad, será más difícil encender un fuego. No obstante, si dejamos un fino lecho de cenizas, ayudará a aislar las llamas y que se aproveche más el calor. Siempre hay que tener cuidado al deshacernos de ellas, ya que aún pueden ser inflamables.
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Materiales
Una vez que todo lo anterior está dispuesto, el siguiente aspecto clave que debes tener en cuenta para saber cómo encender una chimenea son los materiales necesarios. Repasemos la lista:
1. Leña. Evidentemente, hace falta una buena madera para encender el fuego. Si ya sigues nuestro blog, sabrás cuál es la mejor opción, simplemente hay que asegurarse de que los troncos están totalmente secos, sino, no prenderán y sólo obtendremos humo.
2. Virutas. Necesitarás algún tipo de ramas, astillas o similar para encender la chimenea con facilidad. Lo fundamental es que se trate de madera seca, por lo que se pueden usar pequeños trozos de la propia leña. Tradicionalmente en algunas zonas se emplean piñas, ya que arden muy fácilmente, su principal inconveniente es que pueden provocar muchas chispas a causa de las resinas que contienen.
3. Papel. Unas hojas de papel de periódico servirán para encender las virutas de una forma más segura. Es preferible que el papel empleado tenga la menor cantidad de tinta posible, y nunca utilizar las páginas que están impresas a color ni las revistas, que están recubiertas con barnices.
4. Cerillas.
Adicionalmente, es conveniente contar con una pantalla de protección si nuestra chimenea no tiene puertas, así como con una rejilla donde depositar la leña y facilitar el flujo de aire.
Disposición de la hoguera
Una vez que todo lo anterior está preparado, comienza el último paso de nuestra guía sobre cómo encender una chimenea. Esto es, disponer la leña y encender el fuego. Y es que existe toda una verdadera ciencia sobre la forma idónea en la que colocar los troncos para que la combustión sea más eficiente. Nosotros hablaremos de dos disposiciones típicas, la encajonada y la invertida:
1. Disposición en cajón. Esta forma de preparar una hoguera consiste en depositar en el centro de la chimenea o de la rejilla un montón de las virutas y pequeñas ramas, y situar dos troncos –uno a cada lado– en perpendicular a la apertura del hogar. Por último, colocamos otros dos troncos encima de los primeros y perpendicularmente a los mismos, formando una “caja”.
2. Disposición invertida. La clave de este formato es colocar la leña formando una pirámide, es decir, con varios pisos de leños, y cada uno en un sentido. La base estará formada sólo por dos troncos grandes, mientras que en la última altura depositaremos las virutas y ramas sobre troncos más pequeños.
En ambos casos, el papel de periódico servirá de ayuda para prender la primera llama. Una vez encendida la hoguera, bastará con ir añadiendo más leña para mantener el fuego.
Problemas más comunes
Siguiendo nuestra guía, ya conoces los pasos necesarios sobre cómo encender una chimenea, pero puede que algo no resulte como debería. Por ejemplo, uno de los problemas más comunes es que los troncos no lleguen a prenderse, esto puede deberse a que no haya suficiente cantidad de ramas o virutas, o que las mismas estén demasiado húmedas; la solución puede ser probar con otros materiales o impulsar el aire con ayuda de un abanico o similar.
Si el problema es que se produce mucho humo que se dispersa en el interior de la vivienda, las causas pueden ser que la madera esté muy húmeda o que la chimenea esté taponada o sucia.
Por último, no hay que intentar buscar atajos para hacer una hoguera. Si desde el primer momento añadimos mucha leña, el flujo de aire será menor, y el fuego puede apagarse; hace falta ir añadiendo nuevos troncos progresivamente y remover las brasas para que el aire pueda circular. Tampoco conviene utilizar productos químicos inflamables para iniciar el fuego, ya que su combustión puede ser muy violenta y peligrosa.
Si llevas mucho tiempo sin encender tu chimenea, en este post te damos algunos consejos extras para que lo hagas con seguridad.
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